Muchas gracias a todos los que os habéis pasado por aquí durante todos estos años.
Puedes encontrarme en www.enniosotanaz.com o enniosotanaz@hotmail.com
¡Un abrazo!
Seamos lo que somos
"Si Gattuso es una referencia, yo soy un cura"
La precisa frase no es mía sino que viene directamente del talento de un Luis Aragonés que de forma improvisada la soltó a un avispado periodista después de una rueda de prensa. La dijo por coherencia de su propia filosofía que es la filosofía que ha practicado toda su vida, esa que clava a fuego sus cimientos en la solidez de la personalidad propia y en morir con sus ideas. Lo dijo porque hay que ser muy peregrino para afirmar lo contrario como entonces muchos afirmaban. Lo dijo porque Luis Aragonés cree fundamentalmente en Luis Aragonés.
Luis Aragonés fue quien devolvió al fútbol español la gloria de la que ahora presume ese gran amigo de todo el mundo que se llama Del Bosque y lo hizo agarrándose a la idea de buscar la verdad en su propia casa olvidándose de los demás efluvios que siempre vienen del más allá. Durante años y años la selección española había jugado según las tendencias que supuestamente marcaba el fútbol europeo o el iluminado entrenador de turno, adaptando plantillas y jugadores a las características de la tendencia que tocase entonces como esa que por ejemplo obligaba a jugar con carrileros, o enganches, o un solo punta, o al contrataque, o con 5 en la defensa o lo que quiera que hiciese el equipo de moda de entonces tuviésemos o no jugadores para ello. De todos es conocido el éxito de La Roja siguiendo esa valiente filosofía. Cuando Luis Aragonés se puso al frente de la selección española cambió la forma de encarar el futuro y se planteó tres cosas que serían las premisas de una histórica trayectoria que todavía sigue viva. Encontrar a los mejores jugadores nacionales, encontrar la forma en la que los mejores jugadores pudieran jugar juntos y hacer un equipo con ellos que pareciese un equipo y no un conglomerado de figuras.
Olvidándose del doble pivote y las mismas tendencias del fútbol europeo que seguían vigentes desde que los franceses ganaron su mundial, pero sobre todo al contrario de lo que sus antecesores habían hecho y muchos de sus colegas siguen haciendo hoy en día, el bueno de Luis protagonizó la locura de tratar de inventarse su propio sistema. El que mejor se adaptara. Un sistema en el que entraran los mejores, en el que no supusiese un problema jugar con jugadores muy jóvenes, que no importara que las riendas estuviesen en manos de jugadores de aspecto frágil, huérfano de rutilantes y míticas estrellas y sobre todo que tratase de ser protagonista en cada partido sin importar el rival porque eso congeniaba con las características de sus jugadores. El consolidado rey del contrataque durante miles de años acabó “inventando” el fútbol de toque para ponerlo de moda en todo el mundo. Podía haber salido mal pero salió bien y siempre son más placenteras las cosas que salen como uno quiere.
Luis Aragonés dijo muchas cosas en su etapa de seleccionador. Algunas fueron muy graciosas, otras lindaban con el frikismo y otras muchas probablemente sobraban pero para cualquiera que quisiera escuchar y especialmente para sus admiradores (como yo) en esos años el de hortaleza dio toda una lección de cómo debe entenderse el fútbol. De Luis Aragonés he aprendido cosas como que es absurdo jugar a la italiana contra Italia o jugar a la brasileña contra Brasil. Es absurdo apelar al físico contra Alemania igual que es estúpido jugar contra las Islas Mauricio como si fuese la selección Inglesa. Luis dijo que había que jugar siempre siendo la selección española y hacerlo con los mejores porque si perdías con los mejores en el campo probablemente es que simplemente era imposible ganar. Por eso hoy me he levantado deseando ser esta noche el Atlético de Madrid y no otra cosa. Deseo que a nuestra dirección técnica sea consciente de la gloria en ciernes y se le quite de la cabeza esta peligrosa idea de intentar ser más Liverpool que el Liverpool. Somos el Atlético de Madrid.
Desde el pasado fin de semana se ha venido especulando sobre si hoy en Anfield el Atleti jugará con uno o dos puntas lo cual es un discurso que me provoca escalofríos sólo de pensarlo ya que yo no lo veo como un debate entre un sistema con uno o dos puntas sino como la posibilidad de que Agüero o Forlán se queden en el banquillo lo cual es algo que se parece bastante a una pesadilla. Si no estuviésemos hablando de un equipo que esta temporada ha perdido más partidos de los que ha ganado confiaría en las inteligentes labores inesperadas de la dirección técnica pero es que la realidad es francamente desoladora. Si no estuviésemos hablando de Agüero y Forlán, es decir dos de las pocas cosas ciertamente potables que quedan en la plantilla colchonera, sino de casi cualquier otro jugador de la plantilla me daría igual salir con uno, dos, treinta o ningún delantero pero es que estamos hablando de dos de las únicas razones por las que hoy estamos aquí. Dos de las pocas razones que este Atlético de Madrid tiene para huir de la mediocridad incluso cuando el partido se mueve por esos derroteros. Agüero y Forlán han jugado un millón de veces juntos y casi todos los buenos momentos que ha tenido este equipo en los últimos tres años han ocurrido con ellos dos en el campo. ¿Por qué dudar de su capacidad a estas alturas? ¿Por qué hoy es dudoso que puedan seguir haciendo lo mismo en el mejor escenario posible, en esos partidos que cualquier futbolista está deseando jugar?
El año pasado en Champions nos eliminaron con Forlán en el banquillo en un partido en el que un gol nos daba la clasificación. Pocos meses antes habíamos jugado dos veces contra el Liverpool y Agüero lo vio desde el banquillo. ¿Por qué?
Alguien dijo una vez que el que gana de suerte no suele tardar mucho en perder con justicia. La gloria me temo que es fundamentalmente de los valientes y también me temo que las derrotas son menos dolorosas cuando pierdes tú en lugar de una copia mala y descafeinada.
Esta noche puede pasar cualquier cosa en Liverpool y lo que ocurra dependerá sólo del Kun y Forlán sino de un millón de factores la mayoría de los cuales son incontrolables. Hay miles de combinaciones de circunstancias posibles, variedad de alineaciones, multitud de planteamientos posibles,… pero rezo para que esta noche seamos el Atlético de Madrid y ganemos o perdamos lo hagamos con gloria, dándolo todo y poniendo toda la carne en el asador. Como hacen los valientes. Como siempre ha hecho el Atlético de Madrid.
¡¡Forza Atleti!!
Rabiosa actualidad
Bendita tranquilidad
At. Madrid 3 - Tenerife 1
En Inglaterra no ven la liga española
El partido comenzó con mucho respeto por parte de los dos equipos lo cual es lógico en los primeros minutos. Lo que no es lógico es que pasados los minutos de tanteo de rigor y aplacados los ánimos de las gradas, que por cierto y antes de que se me olvide ha estado de 10, las personalidades y el carácter salgan a relucir. Que el Atleti respete al rival rallando el miedo es desgraciadamente norma de la casa prácticamente desde que se marchó Luis Aragonés aunque hoy sin embargo el respeto se quedó en eso, en respeto. Nunca miedo. Me sorprende más lo del Liverpool que tuvo un respeto exagerado por el Atleti lo cual sorprende cuando en la liga española ya no lo tiene nadie y cualquier equipo que pasa por el Calderón, sea el Madrid o el Xerez, acaba presionando nuestra salida del balón desde el portero sin ningún reparo. Me temo que en Inglaterra no deben seguir nuestra liga.
Pero es cierto que la seriedad y el rigor del Atleti fue máximo y estupendo en todo el partido y tácticamente se comió a un Liverpool desconocido, romo, plano e inofensivo. Desde una defensa bien plantada y un centro del campo generoso en el esfuerzo (pero poco más) el partido se controló sin aspavientos desde el primer momento pero se puso totalmente de cara cuando a los 10 minutos Forlan desaprovecha de cabeza en principio un gran pase de Jurado pero luego recoge su propio rechace y mete el balón en la portería casi llorando.
A partir de ese punto hasta el descanso apenas hubo más ocasiones y si mucho fútbol control, especialmente por parte de los madrileños que ataban la salida de balón de los ingleses muy arriba, cerraba huecos en el medio y barrían en defensa todo lo que pasaba por allí. Magnífico partido de la criticada defensa madrileña hoy, por cierto.
Todos pensábamos que el Liverpool cambiaría de actitud y de juego en la segunda parte y que se iría para arriba con algo más de brío y ganas pero ocurrió todo lo contrario. Los de Benitez eran incapaces de hilar dos pases seguidos y recurrían al dichoso pelotazo que tantas veces hemos visto en nuestras filas lo que dio alas a los de Quique. Perea salvó un par de arranques de raza de los ingleses que le hicieron levantar los vítores de la grada. Quien lo iba a decir. Yo personalmente me alegro por un jugador que lleva un montón de años aquí dando todo (lo que tiene) si levantar la voz ni siquiera en los momentos en los que le han caído palos por todos los sitios. Así que con Perea crecido (y completando un partido muy bueno para todo lo que ha llovido) el resto del equipo se creció también. Ufjalusi volvió a parecer el Cristiano Ronaldo que decía Lotina y se sacó un eslalon hasta el fondo para colgar un gran balón al segundo palo que empala Simao y sólo el inmenso talento de Reina hace que el segundo no suba al marcador. Poco antes Forlán (flojillo de nuevo todo el partido aunque muy generoso en el esfuerzo) había desperdiciado un gran pase que lo dejaba sólo delante del portero. Esas dos jugadas podían haber sentenciado la eliminatoria.
El Liverpool volvió a ser durante toda la segunda parte la sombra del grandioso y enorme equipo que eligió Fernando Torres para crecer despreciando la posibilidad de seguir en el Atlético de Madrid. Volvió a no tirar una sola vez a puerta dejando al bueno de De Gea de nuevo inédito.
Antes de culminar destacar la labor de Reyes que sin ser determinante fue el jugador más desequilibrante del equipo con diferencia y eso Benitez lo sabía y por ello tejió un maraña de ayudas para frenarlo pero ni por esas consiguió parar al utrerano que además volvió a dar una lección de entrega y pundonor. Reyes es muy bueno y cuando tiene la cabeza en su sitio se convierte en una gran estrella del fútbol. Lamentablemente no puedo decir lo mismo de un Jurado que aun haciendo bien algunas cosas y estando más dinámico que otra veces tiene la tara de su patológica falta de ganas que lo va a penalizar hasta el punto de no pasar de ser un jugador más. Una pena.
Buen resultado que podría haber sido mejor y que deja la sensación de que los Reds se han ido vivos del Calderón. Aun así el sueño de una final europea parece más cerca que nunca. Que Dios y las botas de Agüero lo quieran.
El ministerio de la verdad
En 1949 se público por primera vez esa joya de la literatura (y del pensamiento) llamada 1984 en la que originalmente se describía el funcionamiento del Ministerio de la Verdad, una institución administrativa “ficticia” al servicio del Ingsoc (Gran Hermano) cuya principal misión consistía en la reescritura y “actualización” constante de la historia de forma que esta estuviese siempre de acuerdo con los intereses del poder. De esta manera y basándose en la ideología del “doblepensar”, cada día se destruían o creaban pruebas, se eliminaban o escribían artículos de forma que el presente estuviese siempre de acuerdo con las necesidades del Gran Hermano. Enrique Cerezo o Miguel Angel Gil no lo entenderán igual que no lo entenderán los dirigentes deportivos de la cadena SER o de ONDA CERO o de Antena 3 o de TVE o muchos de los que con su euro diario, su click cibernético, sus pinchazos para ver a C3PO (o CR9, no me acuerdo) o sus comentarios prefabricados colaboran con la causa pero a mí todo esto de la prensa deportiva (por centrarnos en lo que nos compete), me recuerda cada vez más al asfixiante mundo de 1984 y su Ministerio de la Verdad.
En un “sofisticado” mundo como parece ser este del periodismo deportivo (que manda narices), donde se pasan semanas hablando sobre la teoría del abrazo entre compañeros tras meter un gol o donde un tipo que le parte la nariz a otro de un codazo acaba siendo la víctima “inocente” de la acción que él ha provocado no es de extrañar que el Atlético de Madrid haya sido un montón de cosas diferentes en estos últimos 30 años sin que nadie se diera demasiada cuenta de ello.
El descenso de categoría del tercer equipo en títulos del país y equipo que cuatro años antes había sido campeón de liga y copa se explica como resultado de un extraño mal de ojo nibelungo, en su versión más creíble, cuando no en el lamentable estado de la justicia en este país. Concepto que misteriosamente vale para unas cosas pero no para otras como esa en la que la justicia tan lamentable hace que los dueños del club siguen siéndolo a pesar de que una sentencia firme los ilegitima para que lo sean. La gente, ávida lectora y oyente de los medios del ministerio, acepta la explicación (cualquiera de ellas) con tal fervor que bate los records de abonos al año siguiente en segunda sin apenas protestas por lo acontecido. A diferencia del Titanic los conductores de la nave a la deriva salen incluso reforzados del choque con el iceberg y explican en las redacciones deportivas, cuando no en las aulas magnas de prestigiosas universidades, las claves de su éxito y de cómo transformar lo negro en blanco. El Ministerio, lógicamente, es protagonista principal.
Un tal Fernando Torres, un muchacho atlético hasta las trancas que se ha echado la institución a la espalda en el peor momento de sus historia y que para muchos representa “el último mohicano” del colchonerismo histórico, decide un día largarse del club justificándolo en que lo hace para “mejorar” y desde el Ministerio se genera toda una campaña para condicionar el antes y el después de tan curiosa decisión que por supuesto acaba cuajando. La afición que llamó “cojo muérete” a un jugador como Kiko, que había bajado a segunda con el equipo pudiendo no hacerlo, porque alguien pareció intuir que el gaditano quería irse del Atleti (supongo que en ese caso no sería para “mejorar”) es la misma que despide a Torres con vítores y palmaditas en la espalda y llena de camisetas de su nuevo equipo el Vicente Calderón. Los conductores de la nave se hacen fotos con los protagonistas y vuelven a transformar en un éxito (¿mal menor?) lo que para algunos como yo supone lo peor que ha ocurrido en el Atleti desde que se bajó a segunda.
De repente jugar la intertoto es un éxito deportivo, al año siguiente el éxito es entrar en UEFA, al año siguiente lo es entrar en Champions,… sin que aparentemente existan cambios que justifique la modificación de la definición de éxito. El Ministerio ya no habla de ganar la liga, ganar la copa o ganarle al Barça sino de “alcanzar Europa”, hacer un “buen papel” en la competición o “hacerle un favor” al Real Madrid pero el ciudadano común no parece percibir la diferencia.
El ministerio dice que el Vicente Calderón es un estadio cinco estrellas y nosotros los abonados estamos encantados con ello, tanto que no nos importa tener que limpiar nuestro asiento antes de los partidos o tener que quitar con las llaves la mierda que se ha quedado incrustada en el agujerito del asiento y que hace que nuestro sitio esté siempre lleno de agua los días que llueve, o tener que soportar infernales colas por la reducción del número de accesos y personal, igual que no nos importa tener que mear en habitáculos diseñados para equinos o subir las escaleras entre ladrillo visto y desconchones.
El Ministerio nos dijo hace tiempo que el traslado a la peineta sería una operación en la que se ganaba patrimonio y se conseguía dinero suficiente como para tapar la deuda y hacer un equipito apañado. Tiempo después lo del equipito y el aumento de patrimonio desapareció como humo en el aire y nos quedamos con saldar la deuda (y gracias) hasta la situación actual en la que “no perdemos” patrimonio y la deuda se queda como estaba pero lo bueno es que no tenemos que pagar la construcción del nuevo estadio. La evolución natural de la historia parece evidente. Eso sí, la euforia de Ministerio y sus consumidores parece haber permanecido inalterable durante el “ajuste” de la realidad.
“doblepensar” (doublethink), la filosofía del Gran Hermano, es definida en wikipedia como la facultad de sostener dos opiniones contradictorias simultáneamente, dos creencias contrarias albergadas a la vez en la misma mente. Este proceso ha de ser consciente, pues, si no, no se verificaría con la suficiente precisión, pero también tiene que ser inconsciente para que no deje un sentimiento de falsedad y, por tanto, de culpabilidad.
Bienvenidos al Ministerio de la Verdad.
Alicia
Mereció la pena.
Este Atleti me cansa y me aburre. Igual que soy incapaz de hacer deporte sin jugarme nada, sin que exista competición, se me hace muy difícil ver un partido de este Atleti casposo y aburrido en el que no nos jugamos nada. Y digo nada porque la vergüenza, el orgullo o la dignidad hace ya tiempo que lo vendimos por cuatro duros.
Temporada 2009/2010 = lamentable.
Ocurra lo que ocurra.
Plastilina
El otro día hacía un día de perros en Madrid y gracias a la genialidad de los dirigentes del fútbol patrio y su avidez por improvisar sobre la improvisación con tal de sacarse unos buenos duros de donde sea, el partido del Atleti contra el Xerez se fijó a una hora bastante rara como para asistir viviendo en una ciudad que se tarda bastante tiempo en atravesar en hora punta. A nadie parece importarle demasiado sin embargo nada de estas cosas. El Atleti juega los lunes a las 21:00, los jueves a las 22:00,... más que nadie en esta liga y desde luego mucho más que los dos “únicos” protagonistas de esta descafeinada competición donde al parecer sólo existen dos protagonistas y 18 muñecos de atrezzo pero a tenor del espíritu que se respira lo anterior no parece ser un problema entre la afición colchonera…
El otro día apareció una notica en los periódicos cibernéticos (seguramente también en los de papel pero soy alérgico a los mismos y no pude comprobarlo) sobre el inminente inicio de las obras de las magnífica y magnánima ciudad deportiva del Atlético de Madrid. Hace 20 años escuché algo parecido en labios de aquel controvertido personaje de oronda cintura y particular verborrea que desgraciadamente marcó un antes y un después en la historia rojiblanca. Entonces recuerdo imaginar un precioso futuro en el que la unida familia colchonera retozaba por esos verdes campos de Dios pasando un agradable fin de semana entre sus compañeros de fe. “El fin a una injusticia histórica” rezaba el hiper-presidente de entonces (y de ahora) frente a los obnubilados micrófonos de la prensa. La afición colchonera esbozaba entonces una enorme y sana sonrisa. Hace 10 años, con el dueño de imperioso lamentablemente ya fallecido, escuché algo parecido en los labios de su insulso y escalofriante vástago. Con un verbo mucho menos “ostentoreo” que su progenitor y un cuestionable concepto de la alegría más propio de un convento de clausura que de un empresario “vendedor de sueños”, el licenciado en veterinaria desglosaba en tono monocorde todas las veleidades de las que disfrutaríamos los abonados y familia una vez que se terminaran las obras de la ciudad deportiva de “inminente inicio”. En la reposición de ayer, diez años después de la segunda, me entretuve un rato leyendo los comentarios cibernéticos de la sufrida afición colchonera y por alguna extraña razón me dio la sensación de que no habían pasado 20 años…
Hace cuatro años el atlético de Madrid ya tenía el tercer presupuesto de la ligar pero por alguna razón también el escurridizo “objetivo” del equipo (cambiaba con las estaciones del año) se marcaba en quedar dentro de los seis primeros. Europa lo llamaban eufemísticamente. El Sevilla, compañeros de infierno pocos años antes, vivía sus mejores años desde su fundación pero la afición colchonera entendía que “lógicamente” no podíamos comparar y que cada uno tiene que llevar su ritmo. Quedamos séptimos y se renovó a los protagonistas de la hazaña por haber cumplido el “objetivo”. La afición lo volvió a entender en un nuevo ejercicio de responsabilidad institucional.
La misma afición colchonera vuelve ahora a dar una lección de orgullo y dignidad cuando entiende como un mal menor, consecuencia probablemente del cambio climático, la dualidad onda-corpúsculo o del tríceps de Cristiano Ronaldo, el estar en la liga a 40 puntos de su rival histórico (prácticamente el doble) y se agarra al planificado éxito de jugar una bendita final de copa después de diez años y de disputar las semifinales de una competición que si todo hubiese ido de forma normal, si el equipo hubiese estado a la altura de las circunstancias, jamás tendríamos que haber disputado. La afición vuelve a dar una clase magistral de “coherencia” y abnegada responsabilidad al no realizar una sola mueca que pueda interpretarse como inconformismo.
El viernes 9 de Abril fue la mañana siguiente de la histórica clasificación del Atlético de Madrid para disputar las semifinales de la Europa League en un disputado partido que acabó con empate a cero. Pedro, un conocido colchonero del bar donde estaba desayunando acababa de comprar el MARCA y venía con el diario debajo del brazo. La portada de ese divulgativo, ecuánime y sabio ejercicio de periodismo moderno rezaba a toda página lo siguiente: “Parar a Messi”. Detrás aparecía el esculpido torso de ese “noble” jugador, madridista de toda la vida, conocido como Sergio Ramos con cara de pundonor y agarrando su venerable camiseta blanca en la mano. En un tamaño más modesto, debajo del gigantesco titular, aprecia también el cariacontecido y mundialmente popular artista anteriormente conocido como Cristiano Ronaldo poniendo imagen a sus palabras del día anterior: “Vamos a ganar seguro”. En la esquina inferior izquierda de la portada, en un tamaño mucho más modesto, aparecía sobreimpresionada la publicidad del bote del Euromillón: “15 millones de Euros”. La esquina inferior derecha, con similar tamaño, era el espacio reservado en portada para la hazaña colchonera. En sus páginas interiores, nunca mejor dicho lo de interiores, las crónicas del partido se centraban básicamente en el injusto penalti birlado a los valencianistas y la conclusión a la que se llegaba tras leer el profundísimo análisis realizado por el diario era la de que básicamente los atléticos teníamos que pedir perdón por haber pasado la ronda. El bueno de Pedro se quedó con ese concepto y trató de aguantar como pudo el chaparrón de sus correligionarios de establecimiento que sospechosamente usaban el mismo argumento. Yo le pregunté a Pedro que por qué seguía comprando el MARCA y su respuesta fue que el AS era igual o peor. Supongo que una gran mayoría de buenos aficionados colchoneros como Pedro no se plantean dejar de colaborar con el Gran Hermano y entienden con diligencia que todo lo que se salga del binomio MARCA/AS no es de fiar…
Y me vienen a la memoria también miles de frases y momentos míticos a los que la afición colchonera se adaptó en los últimos años con esa diligencia y buen criterio que tanto se premia desde el poder bipolar y las instituciones del Establishment como esa mítica sentencia judicial que demuestra la ilegalidad en la toma de posesión del club por parte de nuestros paladines, no sólo el pasearse con vergüenza por los bulevares del infierno sino el volver a hacerlo al año siguiente sin un solo disturbio, el misterioso traslado del estadio que ayer sería la salvación a nuestros males y hoy tenemos que dar gracias a Dios por pagar sólo un poquito, el famoso “si no viene Rosicky vendrá otro mejor” o el todavía más significativo “estamos muy contentos de que Fernando Torres pueda jugar en un equipo grande como el Liverpool”, los fichajes que se difuminan cuando se cierra el cupo de renovación de abonos, los jugadores que se venden un día después de cerrar el plazo para comprar, la sistemática caza de brujas a los conceptos fundacionales del club desde los medios de comunicación que no sólo quedan indemnes sino que se aplauden desde la cúpula directiva y se compensan en la base con la “vajilla colchonera”,… en fin.
La definición de plastilina que aparece en la Real Academia de la Lengua es la siguiente: “Sustancia moldeable, de diversos colores, que se utiliza en escultura y como material educativo”.
Escrito en la frente
El hambre del pan que comimos ayer
Fútbol contra fútbol
At. Madrid 3 - Deportivo 0
Hace un par de meses escribí un artículo en el que pedía la renovación de Quique Sánchez Flores y lo hacía apoyándome no en su gran capacidad como entrenador (de la que ni entonces ni ahora termino de asumir) sino para dotar la parte deportiva de este club, por una vez, de algo de criterio y seriedad. Por mucho que yo o cualquiera pueda dudar del criterio futbolístico de Quique la realidad es que ha demostrado capacidad para reconstruir un equipo en paños menores, diseñado con el recto, y mantenerlo a flote con síntomas claros de mejoría a una plantilla sin carácter que apuntaba a los puestos de descenso así que sólo por eso creo que es justo apostar por su continuidad y hacerlo de forma inminente para intentar construir un equipo de acuerdo a lo que estime necesario quien lo va a dirigir y no de acuerdo a los crímenes que un iluminado engreído decida perpetrar. Eso si, hablando estrictamente de fútbol Quique me tiene desconcertado cuando soy capaz de toparme con planteamientos como los de Valencia, el Bilbao en casa, el Mallorca,… y partidos como el de ayer contra el Depor. No es una cuestión de resultados, ni de estética sino de concepto. El concepto de querer ser protagonista o no serlo. El concepto de querer ser dueño del partido o no. El concepto de marcar goles a base de fabricarlos o de esperar a que los regale el rival. El concepto de fútbol o no fútbol. Lo único que se me ocurre es ver que el cambio de concepto casi siempre tiene que ver con la presencia o no de Tiago en el campo lo que me lleva a pensar que con los jugadores que teníamos a principio de temporada lo mismo es que poco más se puede hacer. Habrá que resignarse a ello pero no pienso aceptarlo como una solución de futuro.
El Atleti hizo ayer un gran partido bastante completo en muchos aspectos, inteligente y bastante ilusionante en algunos otros ante un Deportivo de la Coruña extremadamente flojo e inoperante. Que este equipo esté en las posiciones altas de la liga es una buena muestra de lo sumamente pésima que es la liga española, una liga que basa su poderío mediático en el buen hacer de los periodistas profesionales y las grandes corporaciones que la patrocinan más que en sus equipos “protagonistas” (si se puede denominar así a los que se enfrentan con Madrid y Barça).
El partido comenzó con esa cara B del Atleti (¿o esta es la cara A?) en la que bien colocado, como casi siempre desde que está Quique, decide dar el paso de agresividad necesario como para quitarle el balón al contrario y manejar el tempo del partido. Las posesiones del rival son horizontales y en su campo. Las nuestras siempre buscan la portería. El centro del campo inédito que conformaban Tiago y el canterano Camacho se hizo dueño absoluto de la zona ancha aportando balones y ritmo a la parte delantera y no a la parte trasera como viene siendo habitual con otros protagonistas. Camacho completo un partido muy digno aportando trabajo y sacrificio pero también salidas para Tiago y al equipo demostrando que cuando hay buenos jugadores y el equipo juega como equipo todos parecen mejores. Que se lo digan por ejemplo a Juanito que completó un partido sin sobresaltos, digno y tranquilo. Hasta se permitió celebrar un gol cuando al cuarto de hora de comenzar enganchó el segundo rechace en el área de una jugada que merecía ser gol en primera instancia.
Pero lo más esperanzador ocurrió precisamente después cuando con uno cero en el marcador y frente a un equipo por delante en la clasificación el equipo siguió apostando por controlar el partido. Con inteligencia, es decir si la misma verticalidad ni asumiendo los mismos riesgos que antes, pero con valentía y criterio. Manejando el balón sin rifarlo y sin desequilibrar el equipo e imponiendo el ritmo que más nos favorece. Las lágrimas se me saltaban. Firmo donde sea porque el Atleti haga esto en todos los partidos. No siempre saldrá bien pero es lo que hacen los equipos que ganan cosas. Bien es verdad que el Depor dio todas las facilidades del mundo. Nulo en ataque (lo que viene siendo habitual en toda la liga) sorprendió ver la falta de tensión en el centro y la fragilidad defensiva. Parte de ello supongo será mérito de los colchoneros pero es extraño ver un equipo tan romo y triste jugándose en la liga lo mismo que nosotros y estando mejor colocado.
La segunda parte comenzó igual y con los mismos protagonistas. Un Jurado algo más activo de lo que acostumbra abandonaba la banda para asociarse con el todopoderoso Tiago y los de arriba dejando trazas de lo que se supone que podría hacer si fuese el jugador que algunos dicen que es y que personalmente no creo que nunca llegue a ser. Simao volvía a ser nulo en ataque y vital en defensa volviendo a dejar una actuación muy por debajo del tipo de jugador que es y lo mismo se puede decir de Forlán al que se le vio más activo y dinámico que lo que viene siendo normal esta temporada pero que sigue lejos de su estado natural. Pero daba igual. Una defensa contundente y con personalidad en la que destacaba Ufjalusi, un jugador que sin hacer ruido se ha asentado perfectamente en este equipo, soportaba a un Tiago enorme que siempre estaba en su sitio. Con eso sólo y la pelea de los de arriba bastaba para no pasar sobresaltos y para construir ocasiones de gol. De esa forma, a los diez minutos de la segunda parte, llegaba la puntilla para el Depor en forma de rechace aprovechado por Forlán. Tres minutos después llegaba el tercero de Tiago con una soberbia jugada del Checo Ufjalusi que llegó regateando hasta la portería contraria.
La sensación era de que el Depor se llevaría una goleada exagerada y si no ocurrió así es porque el equipo, muy inteligentemente, decidió bajar el ritmo, reducir los riesgos de lesión y hacer descansar a los jugadores que deberán ser clave el jueves: Forlán, Agüero y Simao. De esa manera se llegó al final con los gallegos entregados y los madrileños dando minutos a Salvio, que el argentino se encarga de tirar por la cloaca amplificando las dudas de la grada sobre el fichaje del muchacho, a Ibra que suple sus patentes carencias técnicas y futbolísticas con una pasión y ganas fuera de lo común por estos lares y al canterano Romero que recordará este partido como aquel en el que debutó.
Buena e inspiradora noche que invita a pensar con un futuro Atlético que vive de cara al fútbol y no de espaldas al mismo como lleva haciendo desde que bajamos a segunda.