Muchas gracias a todos los que os habéis pasado por aquí durante todos estos años.

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¡Un abrazo!

Justo el doble


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Real Madrid 3 - At. Madrid 2

“La mediocridad no se imitia” (Honore de Balzac)

El Derby de esta noche comenzaba con el escalofriante dato de que en todos los partidos en los que colchoneros y merengues se han enfrentado este era en el que había mayor diferencia de puntos entre los dos, nada menos que 34. Al acabar el partido la diferencia queda eclipsada sin embargo por la contundente realidad de que el Real Madrid tiene ahora el doble de puntos que Atleti. El doble. Esa es la realidad del club de mis amores. Por mucho que algún enterado quiera ver el futuro del equipo rojiblanco en la paciencia, la capa de ozono, los taconcitos de Jurado, las embestidas al aire de Raúl García, los incomprendidos cortes de manga de Forlan a su propia afición o ese acierto que está por llegar del tandem Gil-Cerezo, la realidad es la que podemos ver. Un equipo desequilibrado, sin alma ni cimientos, que se asusta del futuro y desprecia el pasado, que se ciñe a la mediocridad como mal menor. Un equipo histórico que pretendía salvar la temporada ganando un partido pero que encima ni siquiera es capaz de hacerlo. Recursos mediocres para gente mediocre.

Pero el partido pudo ser montón de cosas que al final acabó siendo la de siempre. Hay que reconocer desde luego que comenzó con sensaciones muy diferentes a las de los últimos años. El equipo no pierde el balón nada más empezar sino que lo coge, Antonio López se toma su tiempo para sacar, el equipo la toca con tranquilidad,... aunque se ve un Real Madrid con ganas de morder y de irse arriba los colchoneros están bien colocados y los planos cercanos dejan ver que están metidos en el partido. Pasan los segundos (en los partidos contra el madrid se siente el paso de los segundo en un sentido o el otro) y todo parece asentarse del lado colchonero. El Madrid tiene el balón pero no sabe que hacer con el y cuando lo recupera el Atleti decide no rifarlo. Entonces se vuelven las tornas históricas. No se había llegado al minuto 10 cuando una entrada al bulto de Arbeloa, digna del peor Perea, hace que el balón acabe en los pies de Tiago cerca de la frontal del área. Como si se tratase de la línea de tres cuartos de Gales el balón va pasando de Tiago al Kun y del Kun a Reyes que decide hacer una obra maestra de remate a puerta, con rosca infernal y sin demasiada potencia, que supone el 0-1 a favor de los colchoneros. Para los amantes de los gestos Reyes decidió besarse el escudo rojiblanco justo antes de levantarse la camiseta y mostrar a su hija vestida de colchonera.

Entonces empezó otro partido. El Madrid subió un punto el tono de la desesperación y el Atleti apretó los dientes ciñéndose al rigor táctico que tan buen resultado le había dado. El Madrid dominaba en exclusiva el balón pero se estrellaba con la doble línea colchonera que haciéndose muy densa en el centro llevaba a los merengues a unas bandas que no sabían utilizar. Hasta que faltaron diez minutos para el descanso no pasó nada relevante. Un Tiago fallón con el balón era el dueño del equipo y a su alrededor el equipo se fajaba en defensa con rigor e generosidad. El único pero fue la poca cabeza (¿o es talento?)) para manejar el balón y sobre todo la poca resolución que hubo en el contrataque que se vestía de falta de precisión en el último pase. Asunçao en un par de veces pero sobre todo de un Forlán que fallaba y estaba lento. El Charrua desgraciadamente sigue perdido donde quiera que esté. Sin necesidad de recurrir a una plantilla equilibrada lo cierto es que con el Forlán del año pasado el partido se habría resuelto en la primera mitad cosa que desgraciadamente no ocurrió.

Según se acercaba el descanso el Madrid se fue definitivamente arriba metiendo a los colchoneros demasiado atrás y entonces si llegaron oportunidades claras que sacó De Gea con bastante solvencia excepto un remate clarísimo de Higuain que ya se consideraba gol en el Bernabeu que Tiago saca de forma milagrosa. La mejor ocasión sin embargo llegó en el minuto de descuento cuando A. López se queda enganchado en la salida de la defensa y habilita el remate de cabeza de Cristiano Ronaldo que pocos metros de De Gea remata fuera. Un aviso de lo que vendría después.

Perdonar en el Bernabeu no se perdona y la segunda parte comenzó como suelen comenzar los derbys últimamente, con un madrid volcado y con un Atleti nervioso, asustado y metido en su área. El partido se reanudaba con Reyes en el banquillo y Jurado en el campo lo que básicamente es perder un jugador. Un Jurado que si normalmente necesita poco para asustarse en el campo del eterno rival en el campo del Real Madrid (su casa, como nos recuerdan todos los locutores de televisión) es como si no hubiese jugado. La calidad, si se tiene, hay que sacarla y a ser posible en partidos oficiales. Lo demás son cuentos de Calleja. Jurado debería salir del club en verano sin ningún genero de dudas.

A los cinco minutos A. López se despista en la marca de un córner y Xavi Alonso empata el partido en el segundo palo. A partir de ese punto creo que todos supimos por alguna razón que la derrota era cuestión de tiempo. El Madrid se volcó en tromba y a base de pundonor, fuerza y creerse su situación (más que fútbol) noqueó por completo a los colchoneros. Poco después un genial pase del omnipresente Xavi Alonso deja a Arbeloa sólo encarando la portería y con tiempo para caracolear y prepararse el tiro. 2-1, partido dado la vuelta y apenas diez minutos de segundo tiempo.

Entre medias de varias ocasiones claras de los madridistas aparece la estupidez típica de la defensa atlético y entre que Tiago no despeja, que despeja mal, que Asunçao no se quita... el balón llega a Higuain y el tercero al marcador. Lo peor se cernía para el universo colchonero que olía el cruel olor de la goleada pero por esas cosas que tiene el fútbol apenas unos minutos después otra vez Xavi se hace protagonista del partido al conceder un estúpido penalty por una mano clara. Forlán lanza la pena máxima y lo marca en lo que probablemente sea lo único bien que el uruguayo ha hecho en toda la noche.

Después de toda la marejadilla los colchoneros se veían con 20 minutos por delante y un sólo gol de desventaja pero entre los miles de problemas que tiene este club, este equipo y esta plantilla destaca por encima de todos la falta de fútbol, la falta de creación y la falta de balón. Si a eso le unen la falta de ambición y de carácter se pueden imaginar lo que ha pasado. Con un Madrid que no necesitaba volcarse en tromba y un Atleti que no sabe que hacer con el balón el partido se fue por el desagüe sin ocasiones de gol (si acaso alguna de los madridistas) y sin tener en ningún momento la sensación de que los colchoneros podían llevarse el partido a su terreno.

Por mucho que me duela escribir esto, justa derrota del Atleti contra el Real Madrid. La enésima. El partido que salve la temporada esta por llegar. Que salva la temporada para algunos, me refiero. Para mi la temporada está perdida desde hace tiempo.

Liga escocesa


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At. Madrid 2 - Ath. Bilbao 0

Una liga en la que el cuarto clasificado (puesto de Champions) está a 24 puntos del segundo en la jornada 28 no me la pueden vender como la “mejor liga del mundo” sino más bien como una especie de liga escocesa aburrida y predecible pero sin tanta pasión. Sólo en una liga así de mediocre un equipo que ha perdido más partidos de los que ha ganado (estoy hablando del Atlético de Madrid) puede a estas alturas seguir teniendo posibilidades de conseguir el “objetivo” marcado pero lo crean o no es así. La Champions está a 8 puntos. La pseudo-UEFA a 5. Visto lo visto, cualquier cosa es posible.

Las últimas visitas de los bilbainos al Calderón siempre se habían saldado con derrota del Atleti pero no siempre de la misma forma y aunque en los primeros años el concepto tosco y al límite de la legalidad que impregna siempre Caparrós a sus equipos era suficiente para llevarse los tres puntos de un estadio otrora difícil, lo cierto es que últimamente los leones están ganando en calidad muchos enteros y su juego cada vez se aleja más de ese pundonor y búsqueda de la segunda jugada que parecía ser su única marca y se acerca con mucha dignidad a las reglas del fútbol. Mucho más que nosotros de hecho. En la primera parte el Athletic fue superior física, táctica y técnicamente a un Atleti perdido y desdibujado. El esquema inicial de Quique parecía sin embargo ambicioso y de apuesta por el fútbol con la incursión de Jurado en el doble pivote junto a Asunçao pero el andaluz ha vuelto a demostrar que es de esos jugadores que no están cuando se le espera y que se arruga cuando tiene que estirar. Una pena o un desperdicio de talento, lo que quieran, pero lo cierto es que Jurado no funciona salvo de forma intermitente y así no vale. Perdimos la pelea y perdimos el balón, dos cosas incompatibles con dominar el juego lo que provocó que el equipo se tuviese que limitar a defender y se olvidase, como de costumbre, de intentar crear fútbol y surtir de balones a los de arriba.

Con el centro del campo perdido en lo físico y lo técnico, el balón fue casi en exclusiva para los vascos que dominaban el ritmo y el tempo del partido a su gusto llegando varias veces con claridad al área y tirando varias veces a puerta para probar a un excelente De Gea que sigue sacando todo lo que le tiran. Gracias al canterano el Atleti se fue al descanso con empate a cero.

Era muy triste ver al equipo colchonero agazapado en su área y en su propio estadio a merced del rival simplemente a la espera de robar un balón (y encima muy atrás porque el equipo tenía que recular mucho) para soltar un pase de 50m a alguno de los delanteros y así poder iniciar su jugada particular. Esa y el saque en largo del portero eran las únicas armas del tercer presupuesto de la liga española. Simplemente patético e indigno de un equipo con la camiseta del Atlético de Madrid me cuente lo que me cuente tanto iluminado que anda suelto por la red defendiendo lo que no tiene defensa. Así, con sueño, frío y la sensación de estar vivos en el partido casi por casualidad se llegó al descanso.

Pero el fútbol es un deporte en el que lo que hay que hacer es meter goles y esto es lo que realmente cambia las cosas en el campo. La segunda parte pareció comenzar igual que acababa la primera pero una gran llegada de Valera antes de los primeros diez minutos acaba en un pase de la muerte que acaba en los pies de Forlán para que el uruguayo abra el marcador. Gran gol de Atleti que cambió por completo el panorama. Los bilbainos acusaron el golpe y los madrileños se reforzaron anímicamente en su rigor táctico lo que hizo que a los primeros se les acabara las ideas y el oxígeno y a los segundos se les abrieran las puertas del campo contrario y las ocasiones de gol. Varias llegadas acabaron en jugadas claras pero destaca por encima de ellas un remate de cabeza de Agüero a la escuadra que gracias a que le pilló bajando en el salto no pudo coger la fuerza necesaria para ser gol. Eran los mejores momentos del Atlético que con un De Gea imperial y una defensa muy solida (gran partido de Ufjalusi) que sacaban al equipo hacia arriba.

Caparrós decidió entonces poner toda la carne en el asador perdonando a Yeste sacándolo al campo y los dos equipos lo acusaron. Los leones recuperaron el balón, se acercaron al área con más brío y pareció volver el peligro al área colchonera. Quique, como viene siendo habitual, tardó en reaccionar pero reaccionó y lo hizo bien reforzando el centro del campo con Camacho mientras desplazaba a un inoperante Jurado unos metros más arriba. El canterano aportó mucho equilibrio al equipo y abortó la recuperación de los vascos ya definitivamente. La entrada de Salvio minutos después supuso otra pequeña desilusión al ver en el argentino un jugador fuera de punto, perdido y lento. Esperemos que sea cuestión de tiempo.

Y antes de que tuviésemos que vivir un final de esos del Calderón apareció, otra vez, el más listo de la clase, el Kun, para rebañar un balón y meterlo junto al palo colocando el segundo gol en el marcador y la tranquilidad en la grada.

5 puntos no son nada así que todo es posible. ¿Mira que si al final es verdad que se meten en Champions el año que viene?

El Atleti de Mallorca




R. Mallorca 4 - At. Madrid 1

Antes de seguir necesito dejarlo claro: no vi el partido de Mallorca. ¿Podría haberlo visto? Si. ¿En otros tiempos no muy lejanos lo hubiese visto? Si. Ahora ya no. La gente que me conoce pensará que es inconcebible lo que estoy diciendo dado mi bagaje de no perderme un partido salvo por razones de causa mayor pero hoy por hoy es exactamente así como lo siento: me aburre este Atlético de Madrid hasta cotas tan elevadas que literalmente ya me da igual si puedo ver los partidos o no. ¿Me inhabilita esto para decir lo que voy a decir? Juzguen ustedes…

En la primera jornada de liga 09/10 dije que este equipo pelearía fundamentalmente por mantenerse en la categoría y a día de hoy parece que mi vaticinio estaba más cerca de la realidad que de ser un demagógico brindis al sol. Lo dije sinceramente porque realmente lo sentía así y así lo sigo sintiendo. El Atleti es el equipo no ya con la plantilla más corta de la liga, como ahora descubren los periodistas paletos que escriben para periódicos paletos, sino que probablemente sea el equipo más descompensado de todo el fútbol profesional europeo como fácilmente se puede comprobar. En cualquier empresa medianamente seria de cualquier parte del mundo los responsables de semejante metedura de pata renunciarían a sus cargos ante la evidencia o al menos depurarían responsabilidades (ya saben, para salvar mi cabeza corto la de mi subordinado) pero en esta casa de putas los que van de traje y dirigen las cuentas encima se atreven a sacar pecho con el bochornoso aplauso además de una significativa parte del respetable.

El Atleti de Mallorca, por triste y cruel que pueda ser, es el Atleti que hemos visto todo el año en la liga salvo un par de excepciones. Pero no sólo en la liga, también es el Atleti que hemos visto en una Champions que hoy nadie recuerda haber jugador pero en la que salimos vapuleados después de hacer un legendario y ofensivo ridículo. También es el Atleti de una Copa del Rey donde salvo en tres partidos contados hemos sido mediocres o directamente humillados (¿alguien recuerda el partido en Huelva?). Pero ojo, también es el equipo de la Europa League, competición extraña en la que todavía no hemos conseguido ganar ni un solo partido. Duele visto así ¿eh?... pues así es como tendríamos que verlo. ¿Tiene sentido juzgar la temporada por el partido contra el Barça o contra el Valencia o contra el Galatasaray (de vuelta) o tiene más sentido hacerlo por todos los demás?

El Atleti de Mallorca es el equipo en el que la estrella es un portero desahuciado en verano por el “arquitecto” deportivo del equipo que lo situó como tercer portero. Es ese equipo sin laterales donde juega un tal Valera que no jugaba ni en los equipos a los que fue cedido (ya entonces cedido por malo) y es indiscutible un Antonio López que no es ni la sombra de lo que fue pero no hay nadie para competir con ellos por el puesto. En el equipo dónde Perea es el cabeza de turco que pone cara a todos los errores pero resulta lamentable que ahora todo el mundo utilice la cara del colombiano para explicar la catástrofe colchonera cuando Perea sigue siendo titular indiscutible en este equipo desde hace casi un lustro con cuatro entrenadores diferentes y después de seis centrales más que han venido después. El último de ellos por cierto un tal Juanito que ayer salió para demostrar (desde el terreno de juego, para variar) el fichaje tan rentable que había sido. Lo mismo habría que mirar a otro sitio diferente que no se llame Perea para poner cara a este desastre.

El Atleti de Mallorca es ese equipo en el que desde hace diez años no juega un solo centrocampista con capacidad no ya de crear juego o fútbol (conceptos desconocidos y despreciados en nuestra dirección deportiva desde que Luis Aragonés no pasa por allí) sino tan siquiera de mover el balón con criterio y velocidad. Un centro del campo poblado sistemáticamente por futbolistas bragados y astifinos que resoplan y percuten mientras dudan con tesón entre devolver al central esa cosa redonda y áspera llamada balón o tratar de ahuevar el mismo con un generoso puntapié que aleje el peligro. ¿Excepciones? Tiago ha llegado con 30 años, cedido en el mercado de invierno y se cuestiona todavía si pagar el traspaso. Ever Banega vino cedido y al parecer no era útil ni tan rentable como Cléber Santana. Motta, para este que escribe lo más parecido a un Expediente X sin explicar, es hoy titular en el Inter de Milan. El resto, los que tuvieron mil y una oportunidades, los que elaboraron (y elaboran) el juego de este equipo son estos: Gabi, Luccin, Zahinos, Colsa, Maniche, Costinha, Cleber Santana, Asunçao y La Perla del Tajonar. Sin comentarios. Aun así todavía hay quien piensa que entre esto que hacemos nosotros y el juego de la selección española no hay nada más ni que pueda existir una infinita gama de matices por el camino en la que encontrar nuestro sitio. Así nos va.

El Atleti de Mallorca es ese equipo que cuando no tiene jugadores puros de banda achaca todos los males de la institución a no tenerlos (¿recuerdan aquel discurso?) pero que cuando los tiene, como es el caso, achaca todos los males de la institución a que los especialistas de banda se queden en ellas sin venir al centro a colaborar (es decir, dejando de ser jugadores de banda) y así se “rompa” el equipo (¿recuerdan aquel discurso?). Sencilla y contundente alegoría que denota la falta de referencia a la hora de entender cómo juega este equipo al fútbol (suponiendo que lo haga de alguna manera y que esa manera siga un esquema trazado) además del estado de total confusión deportiva (también) en la que se encuentra esta institución.

El Atleti de Mallorca es ese equipo en el que los canteranos juegan cuando ya es literalmente imposible que no lo hagan (De Gea debutó con dos porteros lesionados, Domínguez consiguió jugar por descarte natural de todos los demás, Camacho está para perder tiempo, Ibra sale porque no tenemos delanteros reservas ya que antes salía Sinama, Cedric dicen que existe, etc, etc,…) y donde se fichan jugadores que no hacen falta (¿lo que necesitaba esta plantilla en diciembre era otro mediapunta-que-puede-jugar-en-banda?) para que tres meses después siguen sin jugar.

El Atleti de Mallorca es ese equipo que depende ahora del escondido talento (con el que nadie contaba) de un jugador conflictivo que pagó por no jugar en es este equipo, que estaba en venta en verano y que ha resurgido de forma milagrosa gracias a un entrenador que llegó a mitad de temporada.

El Atleti de Mallorca es sobre todo el equipo en el que el talento mayúsculo y generoso de un muchacho llamado Sergio Agüero enmascara una de las peores gestiones deportivas de la historia de una institución que encima no tiene la clase ni el acierto de cuidar, mimar y proteger como Dios manda a ese muchacho y ni a su bendito talento.

El Atleti de Mallorca es el Atleti, por mucho que los árboles de la Copa del Rey no nos dejen ver el bosque de la contundente realidad.

boa sorte e volta ao trabalho



Sporting de Portugal 2 - At. Madrid 2


En un partido tenso, duro y vibrante el Atleti ha conseguido pasar a octavos de una competición europea algo que no pasaba desde hace más de 10 años. Una alegría así viene además potenciada cuando es una alegría justa y que es justa es esta clasificación después de un partido muy bien planteado táctica, técnica y anímicamente por Quique Sánchez Flores. Aun así parece increíble que con la buena primera parte que se había marcado el Atlético de Madrid el partido llegara al descanso con empate a dos y las espadas en todo lo alto pero es lo que tienen los fallos en defensa, que son tan determinantes como Agüero.

El equipo salió de forma intachable. Metidísimo en el partido, perfectamente colocado, adelantando la presión hasta resultar asfixiante, manejando el balón con criterio (como lo oyen) y mandando en el partido. Como si de una película con guión escrito por el socio número uno del Atleti antes de los cinco minutos una voluntariosa jugada de Antonio López por la izquierda es centrada al área pequeña y rematada por Agüero a la red. No podían ponerse mejor las cosas.

El equipo luso acusó algo el golpe pero trató de irse arriba sin saber como hacerlo ya que el Atleti lo tenía atenazado. Jurado, que en ataque estuvo en esta primera mitad tan perdido como siempre, hizo un papel fundamental en defensa incrustándose en el centro y ayudando a los mediocentros. Lo mismo se puede decir letra por letra de Simao. Es cierto que los colchoneros dejaron un poco el balón y especularon con el ritmo del partido en esos minutos que siguieron al gol pero el partido estaba controlado mientras los lisboetas recurrían al pelotazo. Eso si, entonces apareció Perea. En una buena jugada de los portugueses por la derecha que parecía estar controlada consiguen colgar un balón al segundo palo de esos que siempre tienen que ser del defensor salvo que este esté mirando la pelota y olvide que tiene un señor al que defender detrás que es lo que ocurrió. Un cruel empate que espoleo a los de verde y que devolvía a todos a la situación original pero volvió a ocurrir lo mismo. El Atleti volvió a centrarse y a tener el balón así que en un pase magistral de Reyes al área sirve para que el Kun fabrique una de esas obras de arte que valen una entrada. Con dos recortes de chotis y un golpeo con el exterior digno de billar francés el argentino adelantaba a los nuestros justamente por segunda vez.

A diferencia de lo que ocurrió con el primer gol el conjunto madrileño continuó dominando el balón y el partido con sentido y diligencia pero cuando todos estábamos pensando ya en el descanso apareció una falta al borde del área sacada por el Sporting que es penosamente defendida por la zaga atlética lo que unido a la rosca del lanzador y la suerte hicieron que el balón acabara en la red. Incluso la herida pudo ser peor en unos minutos finales de agonía que acabó con un balón de los lusos en le larguero (rematado en fuera de juego eso si). Empate injusto al descanso que seguía dando la tan ansiada clasificación.

La segunda parte sin embargo fue otro partido completamente diferente que comenzó tal y como había acabado la primera, con los portugueses colgados del partido y los madrileños achicando agua en el área. Complicados quinte minutos los que tuvimos que pasar tras la reanudación más por el empuje de corazón de una escuadra lusa muy vertical que por un verdadero derroche de juego. De hecho De Gea sólo tuvo que hacer una verdadera parada de mérito pero ¡Dios mío qué mérito! A menos de diez metros de la línea de gol los lusos empalan el balón a puerta permitiendo al canterano demostrar otra de sus grandes facetas: los reflejos. Me temo que lo de De Gea hace tiempo que ha dejado de ser una frivolidad para confirmarse como una completa realidad. Una de las grandes alegrías de la temporada.

Pasado el cuarto de hora los de Quique consiguen por fin sacudirse el agobio y comienzan a tomar las riendas del partido más desde el lado de la especulación y el fútbol control que desde el derroche de técnica pero hay ocasiones en las que hay que hacer estas cosas y hoy era una de ellas. Con el partido controlado atrás y eliminadas las minas de centro del campo (buen trabajo de esfuerzo por parte de los dos mediocentros) comenzaron a llegar tímidas llegadas de los rojiblancos, siempre en las botas de Reyes y Agüero, que daban oxígeno y metían temor en el cajón portugués.

La entrada de Vukcevic dio alas al Sporting y Quique quiso reforzar flanco derecho quitando a un muy desdibujado Simao (lo que viene siendo ya una constante) por un interior de corte más defensivo. La idea tiene sentido pero el problema es que el que tenemos es Valera y Valera es muy malo con lo que hicimos del remedio enfermedad. Tampoco se entiende la prolongada presencia en el campo de un apático y apocado Jurado que lejos de controlar, mantener y circular el balón se dedicó a fallar cuando no tenía que hacerlo mientras desesperaba a la afición colchonera con sus estúpidos taconcitos. Mal Jurado que una vez más no ha sabido leer el partido ni aprovechar la oportunidad.

Así entre tensión controlada y la sensación de que en cualquier momento podía pasar cualquier cosa a pesar de ellos se llegaron a los minutos finales en los que salió un Forlán que volvió a dejar muestras impagables de su apatía, su indiferencia y su hasta este año desconocida falta de compromiso. Era vergonzoso ver a Reyes hacerse un spring de 50 metros en el minuto 90 mientras el urugayo no cambiaba el ritmo de trote cochinero por nada. Lamentable.

Pero dejemos las desgracias para otro momento porque el partido acabó y el Atleti pasó con toda justicia a la siguiente ronda. Con toda justicia porque en el primer partido el Sporting hizo todavía mucho menos que el Atleti y en el segundo los madrileños fueron muy superiores en una primera parte que debería haber bastado en otras circunstancias. Después de más de diez años volvemos a las fases privilegiadas de una competición europea que es donde mola jugar. Me he acostumbrado a pasar nervios los jueves y de hecho me está gustando así que espero seguir así hasta que todo esto acabe en Hamburgo.

Plano, cansado y con diez


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At. Madrid 1 - At. Osasuna 0

Sirva estas primeras líneas para denunciar la solemne estupidez de esto del fútbol los lunes, especialmente cuando se hace a traición y después de que los abonados pagaran su abono, especialmente cuando Madrid y Barça tienen que estar exentos y especialmente cuando el Atleti tiene el jueves un partido importante. ¿Dónde están nuestros dirigentes para defendernos? Cuatro días antes de jugarte la UEFA (o como se diga) y lo tienes que hacer encima con los únicos once jugadores que tienes. Apunten este dato: el Atleti es el equipo español que más partidos ha disputado hasta la fecha (más que Madrid y Barça) pero el que tiene la plantilla más corta. Viva Calamidad y su troupe.

Llegados al último tercio de la liga, el lugar donde Luis Aragonés dejó claro que se deciden las cosas, podemos ya confirmar eso que algunos llevamos diciendo desde el primer partido de liga y es que la versión original del Atlético de Madrid 09/10 es un auténtico fraude. Un fraude plano, torpe y aburrido que pasea con más pena que gloria el escudo que llevan por casualidad en esas camisetas rojiblancas disimulando la vergüenza a la sombra de supuestos éxitos deportivos que necesitarían un análisis mucho más profundo. Este Atleti desequilibrado, mal construido y mediocre es un equipo plano y romo incapaz por completo de crear fútbol en ninguna de sus variedades. Cierto que ahora es un equipo ordenado, lo que es una novedad, pero ¿es eso suficiente bagaje para un equipo con esa camiseta? Alguno todavía pensará que el irrefutable hecho de que los mejores partidos son siempre contra equipos grandes es sólo achacable a eso tan socorrido de la testosterona y la actitud pero yo creo que tiene mucho que ver con el hecho de que enfrentarse a equipos que por su propia naturaleza tienen que abrir las líneas y ser algo más valientes de lo habitual es más fácil y sobre todo es más fácil jugar la fallo del contrario que es lo que hacemos. Síntoma de equipo mediocre eso de hacer buenos partidos sólo con los grandes.

El experimento de esta noche era el de todas las noches sin Tiago y con Raúl García, es decir un equipo colocado medianamente bien en el campo incapaz de hacer nada con el balón y que deja su poder ofensivo a merced de un pelotazo, un rechace, un robo inesperado, un córner,... La mejor ocasión de la primera parte fue así, un córner sacado por Simao y rematando con alguna parte del cuerpo de Antonio López que remató fuera por poco. Nada más.

Quique optó hoy por dar descanso a los tobillos de Reyes poniendo en el campo a Jurado en esa banda donde tantas veces ha pasado desapercibido y el gaditano no podía dejar pasar la ocasión de seguir en esa línea aunque ha estado algo más activo que otras veces pero sin deslumbrar. Tampoco su bajo rendimiento de hoy es achacable a él mismo porque básicamente ha estado en la línea del resto del equipo, ni más ni menos, pero todo el mundo siempre espera algo más de este tipo de jugadores y no de, por ejemplo Varela. Un par de arrancadas por la izquierda con gili-bicicleta que acabaron en tiros desde lejos que no cojían puerta fue lo más notorio de la primera parte.

Entre que el Atleti se recreaba en su planicie, que los interiores (especialmente Jurado) se olvidaban de cerrar y que a Raúl García ni está ni se le espera, los navarros se hicieron (como lo oyen) con el balón y marcaron el ritmo del partido terminando la primera mitad. Cómodos con el pelotazo y el fútbol aguerrido, los de Camacho lo hicieron mejor y sin llegar con claridad salvo en un par de pases cruzados que De Gea solvento con diligencia, la realidad es que dieron más sensación de peligro y se llevaron el humillante éxito de haber tenido más posesión de balón que el contrario.

La segunda parte comenzó con los mismos parámetros de la primera pero llevando un punto más arriba eso que algunos llaman “el otro fútbol” que básicamente consiste en cortar con patadas cualquier atisbo de juego. Quizás Osasuna sea una escuadra ducha en este supuesto arte pero el Atleti no lo es y por eso salió perdiendo en el intercambio de golpes. No había transcurrido el primer cuarto de hora cuando Simao traduce su exceso de empeño en la entrada a destiempo que le ocasiona la segunda amarilla. Incomprensible en un jugador de su experiencia pero es que es incomprensible que un jugador como Simao tenga que pasar las jornadas jugando a esto de dar patadas y pelotazos.

Curiosamente la desventaja numérica no se notó y no lo hizo por varias razones. La primera es que para Osasuna vale todo lo que hemos dicho antes del Atleti... pero en peor. Igual que el Atleti no sabe jugar contra equipos en inferioridad no lo sabe hacer tampoco Osasuna y por la misma razón: porque no saben jugar. Ni contra diez ni contra cinco. Eso de tener que elaborar una jugada desde cero no va con su filosofía y se pierden. Si a eso le unen que enseguida salió Ibra para sustituir a ese sucedáneo malo de Forlán que soportamos esta temporada pues todo se entiende. El Senegalés, sin hacer nada del otro mundo, hacía lo que supone tenía que hacer el uruguayo y por alguna razón no hace. Baja a defender al medio, ayuda a sacar la pelota de espaldas, tira desmarques y ofrece una salida. El canterano es un jugador infinitamente peor que Forlán pero a veces las ganas hacen milagros, en un sentido y en el otro.

Cuando al poco de quedarse con 10 el Osasuna, en su mejor ocasión, lanzó un violento disparo desde fuera del área a la escuadra que hace que de De Gea cometa una parada soberbia, enseguida vimos que todavía quedaba una oportunidad para los madrileños. De hecho, los navarros no supieron en ningún momento hacerse con el control del partido y las ganas de Agüero e Ibra junto a la buena colocación de la defensa compensaban la inutilidad permanente de Raúl García y conseguían mantener el tipo con salidas verticales casi siempre en las botas de Agüero. En una de esas salidas el balón llega a la frontal del área en los pies del argentino pero este ve a Jurado en la esquina del área grande a donde le manda el balón. El gaditano, esta vez si, decidió destapar el tarro de las esencias para regalarnos un soberbio gol con golpeo seco en rosca que pilla a Ricardo adelantado. 1-0 y la fiesta en el Calderón. Faltaban menos de diez minutos.

Poco más. Los cambios, el juego táctico y otro soberbia parada de De Gea hicieron que el partido se acabara y el club atlético de madrid pueda seguir alimentando esa adictiva y periodística utopia de alcanzar las plazas europeas por méritos propios. La lógica indica que no pero en una liga de las estrellas tan estrellada, donde reina la mediocridad y el aburrimiento, todo es posible.

La cruda realidad



At Madrid 0 - Sporting de Portugal 0

Últimamente cada vez que tengo ilusión por un partido del Atleti acabo en uno de esos días de frustración y aburrimiento en el que vuelvo a plantearme si todo esto merece la pena. Si lo pienso en noches como la de hoy lo cierto es que no la merece y además hoy tengo la sensación de que yo también he caído poco a poco en esa euforia mediática que nos hace creer que el Atleti está recuperado y en la senda de crecer cuando la realidad es que no es así ni mucho menos. Estamos inmersos en una temporada en la que hemos perdido más partidos de los que hemos ganado, que hemos hecho el ridículo por lo general y en la que el 90% de los partidos se resumen en una indigesta bazofia difícil de digerir y mucho más difícil de defender. Hoy hemos asistido a la enésima interpretación del sopor en grado extremo y lo hemos vuelto a hacer en una de las pocas ocasiones de aquí a final de temporada en las que nos jugaremos algo. Esta es la realidad, la realidad que muestra un equipo malo y desequilibrado que fue el que comenzó la temporada y que es el que hemos visto hoy.

Intentando encontrar un cierto punto de análisis habría que partir de la cruel realidad de que este equipo tiene once jugadores (siendo generosos) medianamente dignos de conformar un equipo y que uno de ellos no puede jugar esta competición. El pasado y el presente nos demuestran que variantes sobre ese 11 acaban en una irremisible tragedia de juego que conlleva la consiguiente tragedia de resultado. Yo siempre he sido muy pesimista con esta Europa League y no por los rivales que como sean como el de hoy no deberían preocuparnos sino porque Tiago no puede jugar y lo que es peor, lo hará Raúl García en su lugar con toda probabilidad. La influencia en el equipo de este mocetón navarro crece por días desde la más absoluta intrascendencia de las últimas temporadas a conseguir que el equipo se transforme por completo a imagen y semejanza de sus características: lento, romo, torpe, espeso, aburrido, triste e ineficaz. No es que prefiera cualquier otro jugador en su lugar, es que directamente preferiría jugar con 10. Estoy seguro de que sus compañeros se lo agradecerían tanto como los aficionados.

Del partido poco que decir, la verdad. Lo único que recuerdo del mismo es el frío que hacía y lo bueno que es el Kun. También recuerdo el gran gesto que han tenido los lisboetas regalando una corona de flores a nuestro capitán en conmemoración el 11-M en lo que es un detalle que les honra.

Ya desde el principio no se presagiaba nada bueno cuando los primeros 15 minutos fueron de “toma de contacto” por parte colchonera y en los que salimos a ver lo que pasaba. ¿Especulando con los tiempos desde el banquillo? no me extrañaría nada a tenor de los precedentes pero sería una actitud muy lamentable de entrenador cobarde. Sobre todo cuando el temido Sporting no ha demostrado nada. Nada de nada. Ni siquiera estar bien colocados en el campo, con un centro del campo que ha sido fácil anular, con una delantera inexistente y una defensa dubitativa, hemos sido incapaces de crear verdadero peligro más por la pericia de los inexistentes creadores de juego que tenemos que por habilidad del rival.

A la media hora del partido ya sabíamos que estirando un poquito llegábamos y que los portugueses sólo pensaban en practicar el deporte de moda que consiste en machacar los tobillo del Reyes pero ni por esas. Eso si, con Perea lesionado tuvimos la oportunidad de volver a ver como Valera hace bueno a Seitaridis. Es ver corretear por el campo al de la melena rubia y acordarme de la familia de Pitarch. Instantáneo. Pero lo que debió ser la clave del partido no fue ni mucho menos el lamentable concurso del pseudo-lateral derecho sino la expulsión (justa y merecida) del italo-argentino Grimi aunque ni con diez, oigan. El equipo colchonero dirigido por un Raúl García inagotable en su falta de destreza siguió practicando ese gili-juego que consiste en dejar el balón en los pies de los centrales y salir corriendo para colocarte lo más escondido posible que tan bien realiza la Perla del Tajonar. Los únicos que intentaban hacer algo eran los de siempre: Reyes y el Kun pero siempre en jugadas tipo eslalón practicadas en solitario y a la desesperada (aunque hay un par de ellas del Kun dignas de estudio). Con todo ello la oportunidad más clara de la primera parte (y del partido probablemente) fue de los portugueses que tras un fallo de Antonio López remataron en vaselina dando el baló en el larguero.

La segunda frase la voy a resumir en una frase o en una palabra, lo que prefieran. La frase: “no sé si quiero pero desde luego no puedo”. La palabra: sopor. Eso si, permitanme destacar alguna cosa más como es el bajón técnico de Simao, un tipo que pone entrega y ánimo pero al que no le sale nada y un tipo incapaz de irse en el uno a uno desde hace meses. Preocupante, aunque más preocupante es lo de Forlán que aparte de contar sus intervenciones por fallos garrafales mantiene una indolente actitud de perdonavidas que sinceramente empieza a tocarme las narices. Una cosa es el lamentable estado de forma del uruguayo y otra bien distinta la actitud del mismo sobre el campo. Lo primero puede ser coyuntural perdonable. Lo segundo no.

Más cosas: Salvio salió por Simao en la segunda parte con minutos por delante, minutos que utilizó para rebajar de un plumazo todas las expectativas creadas sobre él. A este que escribe el argentino le ha recordado esta noche la viva estampa de Galleti y me he echado a temblar. Si, ya saben, aquel muchacho que salía todos los partidos pero nadie se daba cuenta porque no destacaba ni por bueno ni por malo. Entró sin hacer ruido y se fue de la misma manera. A eso me ha recordado Salvio esta noche pero reconozco que es pronto para juzgarlo, cosa que no puede decir el bueno de Jurado que cada vez que tiene la oportunidad de demostrar que puede ser algún día un jugador de fútbol aprovechable se encarga el solito de mostrar con pruebas que pensar así es una tontería. Con un rival en inferioridad numérica y la posibilidad de desplazar el balón para encontrar los huecos nuestro particular superclase prefirió dedicarse a dar gili-toques de esos que tanto le gustan y que nunca valen para nada. A todo esto y por si a alguien le interesa en las postrimerías del partido el rival se quedo con 9 pero ni así fueron capaces de crear una sola oportunidad de verdadero peligro.

¿Y el Sporting qué? diran.... pues el Sporting nada. Un equipo justito que no dio miedo en ningún momento pero que con ganar en su campo (lo que no hemos hecho nosotros) se clasificará para la siguiente ronda. No me parece difícil que el equipo pueda pasar pero tampoco me parece difícil el que no lo haga y sobre todo me parece mucho menos difícil que cualquier equipo decente que quede en la competición nos meta la del pulpo en cualquier momento. No sé ustedes pero yo estoy harto de ir al campo a ver si suena la flauta. Me temo que el próximo lunes, con Tiago sin poder jugar, va a ir al campo Rita la Cantaora.

Dejà vu



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Hace días que por mi cabeza y entre mis más oscuros sueños se pasa un fantasma recurrente que viste un enfermizo color grisáceo, que se ríe sin mover un músculo, que camina como el personaje anteriormente conocido como MA Gil pero que en realidad habla como el esclavo moral que es Enrique Cerezo diciendo la frase que impregna de sudor mi frente y que agita mi maltrecho corazón: “ya veremos en Junio quien es el siguiente entrenador”.

Con una liga tirada por la cloaca incluso antes de tomar la uvas, la ultra-deseada Champions League utilizada como carísimo escaparate en el que mostrar la versión más lamentable de entre todas la lamentables versiones posibles de este sucedáneo de Atlético de Madrid, con una extenuada plantilla cogida por los pelos (que tiene más parches que el traje de Barragán )y con una dirección deportiva recurrente que cuenta sus ejercicios fiscales (si los tiene) por escandalosos, humillantes y sonoros fracasos, nuestra cúpula directiva se permite la desfachatez de citarnos hasta el próximo verano para decidir entonces los pilares del siguiente proyecto. ¿Alguien más tiene sensación de Dejà vu? ¿De verdad alguien necesita esperar a Junio para saber por dónde tiene que ir el siguiente proyecto? ¿De verdad alguien tiene alguna duda de por dónde debería empezar todo?

Hace dos o tres años escuché al presidente del Getafe decir algo que de tan evidente que era hizo prácticamente hacer brotar las lágrimas en mi cara simplemente por lo lejos que estaba de lo que yo veía en mi propio equipo, grande e histórico. El bueno de Ángel Torres contestaba a las preguntas de los periodistas respecto a la planificación de su equipo para la próxima temporada con un par de frases que trazaban a la perfección la línea entre un club profesional y una atracción de verbena: “Nosotros tenemos un entrenador que se fichó por responder a la forma que hemos decidido que tiene que tener el Getafe según su dimensión y aspiraciones. Mi labor ha sido únicamente conseguir dos jugadores por puesto según ese esquema y el resto es ya problema del entrenador. Pregúntenle a él”.

Hagan el ejercicio de situar esa frase en el entorno colchonero y en un equipo a priori en las antípodas del Getafe en cuanto a recursos, medios y seguidores. ¿Tenemos un entrenador que responda a la forma que tiene que tener el Atleti? Me temo que para contestar esa pregunta habría que saber primero cuál es la forma que “debería tener el Atleti” que sospecho es un punto que ni siquiera se haya planteado nunca nadie entre nuestras cabezas pensantes. ¿Cuál debe ser la forma de jugar de nuestro equipo? ¿Por qué todas las categorías inferiores juegan de una forma parecida y el primer equipo de otra diferente? Durante años y años el banquillo colchonero ha estado ocupado siempre por entrenadores de esa escuela rupestre del fútbol basada en el miedo y la especulación, y que a tanta gente tiene engañada, pero ni siquiera en ese sentido parece haber una idea muy clara al respecto cuando cada vez que la plaza queda bacante aparecen en la tómbola nombres que no tienen nada que ver estilísticamente unos con otros. ¿Tenemos dos jugadores por puesto según un supuesto esquema de juego supra-entrenador? En este punto precisamente es cuando las lágrimas se transforman en risa tonta, de esas que salen cuando te sientes derrotado. Lejos de tener dos jugadores por puesto lo que tenemos son puestos para los que no hay ni un solo jugador solvente y otros donde directamente no hay ni un solo jugador. ¿Alguien recuerda en los últimos 5 o 10 años haber tenido una plantilla con dos jugadores por puesto de verdad, pudiendo alternarse en el mismo?

Decía La Rochefor que todo el mundo se queja de no tener memoria pero nadie de no tener criterio. En nuestros casos se conjugan ambos conceptos obteniendo dirigentes que no tienen ni memoria ni criterio pero seguimos siendo pocos los que nos quejamos de ello.

Llegados a este punto es cuando yo me pregunto si de verdad vamos a volver a revivir otro capítulo del mismo culebrón casposo y adulterado del que ya conocemos el final y me temo que la respuesta es evidente a tenor de las actuaciones de los felinos “dueños” del club. Con el puesto de Quique dependiendo de la ruleta rusa de la final de copa, Pitarch todavía tomando caipiriñas en las playas de Sudamérica a costa del colchonero medio, el fichaje del medio centro que hemos tardado diez años en encontrar todavía en tela de juicio y por ende la planificación de la temporada que viene pospuesta hasta una mejor ocasión, me temo la esperanza de hacer las cosas con criterio se desvanecen en el eter.

Nunca he sido un gran defensor ni del fichaje de Quique ni del fútbol que yo tenía (y tengo) asociado a su figura pero hay que reconocer primero el mérito de haber conseguido sacar la cabeza entrando en el lodazal que entró y después que por circunstancias de la vida las cosas son como son y el que está en el banquillo hoy por hoy y con una final después de 15 años es él. Si de verdad alguna vez el Atlético de Madrid pretender parecer un club serio y con aspiraciones me temo que las soluciones pasan por hacer las cosas con cabeza, lógica y juicio por una vez en la vida y sin que sirva de precedente. Gracias a la desgracia de una segunda vuelta sin pena ni gloria aprovechemos para dar los mandos del proyecto a Quique (o quién sea) y dárselos ya. Si no va a ser Quique que se decida también ahora el sustituto pero que no dependa del resultado de un partido en el que puede pasar cualquier cosa. De esa manera tendríamos tiempo para pensar, para buscar dos jugadores por puesto, para convencer a los que están hoy del proyecto futuro y para llegar al verano con los deberes prácticamente hechos. Eso sí, a falta de olvidarnos para siempre del tándem tóxico Gil-Cerezo es fundamental como mínimo una orden de alejamiento contra Pitarch cuanto antes.

Full Contact


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R. Zaragoza 1 - At. Madrid 1

Debe ser que me estoy haciendo mayor pero me molestan mucho las cosas molestas que aparecen cuando no deben hacerlo. Me molestan mucho los imbéciles que se cuelan en las salidas de la M-30, que supuran los listos que fuman en sitios donde está prohibido y me molestan sobre manera los equipos que tratan de “sacar algo positivo” en un campo de fútbol a través de patadas y desconcertando con violencia al rival. El Zaragoza hoy ha practicado una suerte de bloqueo al fútbol a base de golpes y tarascadas que para mi incluso eclipsa la torrija con la que ha salido el Atlético de Madrid a la Romareda en un partido espeso y plano de los madrileños que frena su trayectoria ascendente.

El inicio del encuentro formó un inesperado pero definitivo cocktail que le sentó francamente mal al equipo madrileño mezclándose en el mismo sitio y a la misma hora la tradicional pájara del Atlético de Madrid a la hora de encarar esos partidos que al parecer no le motivan demasiado a una frágil plantilla, la falta de claridad de otras veces, la falta de tensión de siempre y un Zaragoza pasado de revoluciones, insistente en la presión y constante en la ejecución de una agresividad que entonces todavía se mantenía dentro de los parámetros de la declaración de los derechos humanos. Los primeros cinco minutos fueron literalmente un acoso constante de los aragoneses que como suele ocurrir en estos casos se tradujo en el primer gol de la noche tras un córner que Jarosik remata a la red.

Con el mazazo inicial en la espalda el Atleti trató de quitarse el polvo con el que había salido pero el ambiente estaba mucho más espeso que otras veces. Con Tiago muy marcado y cerrado en la línea de pase los colchoneros trataron de llevar el balón a las bandas y especialmente al hijo pródigo de Reyes pero entonces apareció la violencia zaragozana. La deportiva agresividad con la que el equipo maño había aterrizado en el campo se transformo en violencia gratuita que casi siempre rayaba por el lado de fuera la legalidad y de esa manera se dedicaron a dar patadas con bastante más rigor táctico que furia de forma que consiguieron desarmar el hoy parsimonioso juego de ataque colchonero. Kun, Reyes, Simao, Tiago,… todos los buenos caían en las patadas de los de blanco. Ante la permisividad del colegiado los aragoneses aprovechaban la falta de justicia para robar y armar el contrataque y aunque se crearon algunas llegadas las ocasiones de gol no fueron realmente importantes en toda la primera parte. Eso si, los madrileños no llegaron una sola vez a puerta. Nerviosos atrás y estancados en el centro, arriba las pelotas no llegaban ni con claridad ni sin claridad. Agüero, Simao o Reyes intentaba bajar a la zona de creación pero de forma inútil. Observaran que no he mencionado al bueno de Forlán pero casi mejor no hacerlo. Indolente como acostumbra esta temporada, fallón en la entrega, torpe en el pase y ausente en el juego el uruguayo ha completado una de sus peores primeras partes con esa camiseta. Así que así, con dolor en las espinillas y un panorama sombrío se llegó al descanso.

La segunda parte comenzó exactamente igual, con un atleti que supuestamente quería ganar pero con una espesura y escasez de ideas impropia de la reciente versión rojiblanca pero quizás todo ello tenía que ver con el combate de Full Contact que proponía un Zaragoza pasado definitivamente de vueltas que repartía patadas y golpes diestro y siniestro como uno recurso para… ¿jugar? Aferrándose a ese gol que campeaba en el marcador los aragoneses se dedicaron a jugar todas sus apuestas en torno a eso que algunos llaman “el otro fútbol” pero que no es más que otro de los muchos sucedáneos que hay para anti-fútbol. Sin querer disculpar el mal juego del Atleti me parece vergonzosa la forma en la que los maños han decidido jugar prácticamente todo el partido. Cualquier cosa mala que les ocurra a equipos de esta catadura sinceramente será bienvenida. Después de que prácticamente cada equipo modesto que juega contra el Atleti nos da una lección de encarar los partidos en torno al balón y al juego ahora aparece este Zaragoza, un equipo histórico, haciendo este tipo de historias. Lamentable. Pero claro, nada de esto sería posible si el señor que imparte justicia, el árbitro, hiciese lo que tiene que hacer.

Con ese panorama poco se vio tampoco en la segunda mitad. El banquillo colchonero decidió esta vez no esperar a que faltasen cinco minutos para mover el banquillo y decidió poner a Jurado por Forlán, cambio que sirvió para ver el enésimo feo gesto del uruguayo marchándose al banquillo andando mientras se perdía el partido, especialmente cuando había hecho un partido atroz. Jurado trató de aportar algo más circulación al balón pero no lo hizo y lo que si que provocó fueron algunas pérdidas de balón que supusieron contraataques del rival. El que si que dejó muy buenas sensaciones fue Salvio que hoy, con más minutos por delante, dejó muestras de lo que puede ser. Muy móvil, comprometido en defensa, buen toque, buen pase, buena pegada a balón parado… espero que goce de más minutos. Desgraciadamente la entrada del argentino coincidió con la lamentable expulsión de Reyes. En un partido en la que el utrerano ha podido recibir veinte patadas fácilmente la mayoría de las cuales impunes, resulta que acaba expulsado por un brazo al aire y el brío del respetable. Si esto es fútbol a mi que me lo expliquen.

El Atleti con diez se fue entonces a la desesperada y en el último tramo Quique prescindió del doble pivote para dar entrada al canterazo Ibra y en qué hora. Cuando el tiempo ya pasaba el minuto 90 un gran pase de Jurado al área pequeña es rematado a gol por un Ibra que entra a por el balón como deben entrar los jugadores que juegan con esa camiseta, con todo. Golazo del chaval que pone un merecido empate (el Zaragoza no hizo nada desde que metió el gol) en un mal partido de los colchoneros.

Grot



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En estos días de “vino y rosas” en los que el Atlético de Madrid parece resurgir de sus cenizas cual ave Phoenix publicitario, la maltrecha sociedad colchonera tiende a esbozar una sana sonrisa placebo con la que calmar tantas calamidades pasadas.

Es natural y a tenor de la tendencia sociológica contemporánea parece que hasta terapéutico. No sólo gracias a los éxitos recientes sino también aupado sobre esas campañas de rabiosa actualidad tan en boga en ámbitos más "serios" del tipo: “vamos a estar todos contentos sin tener razón para ello”, uno sin duda se arma de argumentos para espantar esa estirpe de cenizos (como el que suscribe) que permanentemente pone los focos sobre los socavones, esos socavones que si no se enseñan parece que no están. Cada uno es muy libre de pensar en lo que quiera y como quiera, pero a mí reconozco que no se me pueden ir ciertas imágenes de la cabeza.

Cuando más de diez años atrás el ínclito de MA Gil decidió, con esta pedante discreción de la que este huraño sujeto siempre ha hecho gala, vender a los cuatro vientos la idea de que había comenzado la profesionalización del club para convertir una vetusta y morriñosa institución deportiva en una moderna y engrasada maquina empresarial basada en las más modernas técnicas de gestión y marketing que darían con la futura salida a bolsa de una renovada institución, a este que escribe (por alguna estúpida razón fundada probablemente en la ingenua juventud) se le vino a la cabeza la imagen de un futuro escudo colchonero sano y glorioso plagado de éxitos y títulos.

Hoy, casi quince años después de aquel brindis al sol, la imagen que se me aparece es curiosamente otra que también me impactó en mi más tierna infancia como fue la de “Grot”, la exitosa empresa de ese genial personaje televisivo llamado Reginald Perrin. En la segunda temporada de esta fantástica comedia británica (Caída y Auge de Reginald Perrin) el personaje de Reginald decide crear una empresa de la nada con la que subsistir tras ser despedido de Sunshine Desserts, la empresa a la que había dedicado la vida (y la muerte). La peculiar idea de un tipo en permanente crisis existencial era la de fundar una tienda en la que ofrecer productos basura con la simple y sorprendente premisa de vender a precios muy elevados productos inútiles que no sirvan para nada a gente que no les encuentren ninguna utilidad.

En el escaparate de Grot aparecen de esta manera: dados redondos, pelotas cuadradas, guitarras sin cuerdas, discos silenciosos, ratonera hechas de queso, supositorios insolubles, regaderas sin agujeros,… y un sinfín de absurdos objetos imposibles. En contra de toda ley basada en la lógica y también en contra de las propias pretensiones de Reginald Perrin la idea de Grot es un absoluto éxito empresarial que desborda todas las previsiones.

La mítica serie de la BBC servía de atinada crítica para apuntar con el dedo esa tendencia a vender humo tan propia de la era moderna (el propio Perrin dice en un capítulo que está tan harto de ver vender basura bajo falsas apariencias que por eso decide hacerlo honestamente) pero puede que el ínclito de MA Gil lo tomase por el lado que no es (o sí) y de forma sutil le sirviese como inspiración para su revolucionario y vanguardista proyecto deportivo. De otra manera es imposible entender cómo después de más de una década en la que el club se encuentra a los mandos de tan magno ideólogo, el Atlético de Madrid como institución siga manteniendo un devaluado pero significativo lugar entre los clubes deportivos, con un número de abonados permanentemente al máximo de capacidad, contratos televisivos al alza y productos de merchandising devorados por la masa social que dejan suculentos beneficios a pesar de los inexistentes logros de la "marca".

¿Qué es lo que ha vendido la exitosa empresa vanguardista diseñada por MA Gil? Me temo que la respuesta es sencilla: basura. Cambien cualquiera de los objetos imposibles de Grot por descensos de categoría que se vendían como éxitos del corazón, fracasos en segunda que se vendían como engrandecimiento del espíritu colectivo, derrotas que servían para ilustrar lo fascinante que es perder, espacios publicitarios psicodélicos que hacían de la anécdota virtud, carísimos jugadores revelación que se revelaban como carísimos errores propios de la mala suerte, carísimos entrenadores revelación que se revelaban como negligentes ideólogos perdonavidas que nos devolvían siempre a la línea de salida, desastrosas planificaciones deportivas que se transformaban en elocuentes odas a la improvisación, sorprendentes clasificaciones para competiciones menores que se vendían como éxitos superlativos, clasificación para competiciones mayores que posteriormente se despreciaban potenciando hacer el ridículo en las mismas, directores deportivos que ni eran directores ni eran deportivos,… en una palabra: basura.

Así que Dios quiera que este año ganemos la Copa del Rey después de 15 años y que ganemos la Europe League y que ganemos todos los partidos hasta el final de temporada porque un servidor será el hombre más feliz del mundo si ocurre pero cuando llegue el día siguiente uno no tendrá más remedio que volver a olvidar los árboles y percibir el bosque, ya que la realidad seguirá siendo un bolígrafo que escribe de verdad en mitad de un puñado de bolígrafos sin tinta, réplicas rectas de la torre de Pisa, presuntas obras de arte fabricadas por el perro, cuchillas de afeitar de goma para gente nerviosa, sacapuntas sin cuchilla y latas de nieve derretida.

Faltaba tan poquito...

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At Madrid 4 - Valencia 1

Cuando al estar presente en algún espectáculo, sea de la naturaleza que sea, únicamente en el momento de terminar, que es cuando te tienes que ir, reparas en el irrefutable hecho de que estás allí y no te habías dado cuenta de ello, es evidente que te lo has pasado bien. Hubo un tiempo en que yo tenía esa sensación al ir al Vicente Calderón pero desgraciadamente hace años que algo así sólo ocurre de forma muy esporádica. Ayer afortunadamente fue uno de esos días, uno de esos partidos con nervios, emoción, polémica, juego y victoria que hacen que la afición a este adulterado deporte todavía siga presente con intensidad en algunos de nosotros. Eso si, cuando iba comentando la jugada a la salida por el Paseo de los Melancólicos me dio mucha pena darme cuenta de lo cerca que estaba este equipo el año pasado y año anterior de acabar siendo un equipo decente, equilibrado y temible. Bastaba un jugador de calidad en el centro el campo y un entrenador con las ideas claras y poco amigo de la improvisación. No es que Tiago sea Xavi Hernández pero es un buen jugador de fútbol y sobre todo esprecisamente lo que necesitábamos. Viendo lo que ha costado encontrarlo por la gloria de Dios que lo fichen ya. No es que Quique me parezca tampoco un entrenador sobresaliente y ni siquiera me gusta especialmente pero hay que reconocer que ha dotado a este equipo de seguridad, credibilidad y criterio. Hay muchas cosas que no me gustan y tendría una lista amplia de críticas a su labor pero al Cesar lo que es del Cesar.

Tenía muchos reparos yo con el partido frente al Valencia por la naturaleza de los equipos y sus entrenadores. Desde hace tiempo ha quedado patente las dificultades de equipo colchonero a la hora de crear juego y manejar el balón con lo que tener enfrente a un equipo como el Valencia, con el impresentable de su entrenador, no parecía el mejor de los escenarios. Lo del Valencia es digno de estudio. Para mi tiene una de las mejores plantillas al nivel del Real Madrid (y no lo digo como exageración) pero cometen la torpeza de poner todo ese potencial en manos de un iluminado como Unai Emery, uno de esos presuntos entrenadores que sin ser nadie ni haber hecho nada se dedican a mirar por encima del hombro a la humanidad apoyándose en su rácana, estúpida y antinatural forma de entender el fútbol. Uno de eso presuntos entrenadores que tanto gustan a los herederos gil y al productor cinematográfico y que bien podría haber estado en nuestro banquillo para desgracia de propios y extraños. La plantilla del Valencia en manos de este sujeto es como utilizar un Vega Sicilia para hacer kalimotxo. Así de simple. El guipuzcoano además es de esos tipos que cada vez que habla pretende demostrar a la raza humana lo listo que es… y así le va, claro.

Pero el Atleti salió a por el partido. Con respeto, concentrado, sin perder la cabeza, sin presionar tan arriba como contra el Barça,… pero a por el partido. Me gusta este formato de Atleti serio pero sin complejos, compacto atrás pero sin renunciar al llevar las riendas cuando se presente la ocasión, respetuoso pero no cobarde. Eso si, me gusta cuando está Tiago en el campo porque de otra forma solo vemos complejos, torpeza y cobardía. El portugués es de esos tipos que lo hacen todo bien: manda, ordena, tranquiliza, cambia en sentido del juego, pausa, acelera, no la pierde, mira hacia delante, mira hacia detrás,… y lo hace todo sin aspavientos. A su alrededor el equipo por fin parece un equipo. La defensa parece sería (otra vez Perea hizo un partido normal y sin sobresaltos) los interiores parecen jugadores aprovechables (en el caso de Reyes, otra vez el mejor, muy aprovechable), Asunçao se destapa como un stopper fabuloso y la delantera se preocupa de encimar al rival. El Valencia, con su entrenador jugando a contener como corresponde al talento de este sujeto, no existía y no existió hasta que apareció el protagonista mediático del partido: el árbitro. En una jugada donde cualquiera que alguna vez haya jugado al fútbol sabe que ningún delantero se tira Reyes es arrollado dentro del área en un penalti de libro. El árbitro mira a la luna de Valencia mientras el equipo se descompone en las protestas y el equipo che arma el contrataque llegando franco a la portería de De Gea que es capaz de parar el primer envite, no así el rechace que Silva cuela en la portería pasando entre rivales. Resultado injusto para lo que se había visto en el campo y mazazo importante que el equipo acusó perdiendo el buen tono mostrado hasta el momento.

Pero cuando con el transcurso del tiempo el Atleti vuelve a recomponer la situación, un clamoroso fallo del último defensor valenciano deja al Kun delante de Marchena y lo regatea para quedarse sólo delante de Cesar a lo que el defensor valenciano responde desde el suelo llevándose el balón claramente con la mano en otro clamoroso penalti que el trencilla decide no ver. Entonces es cuando se arma la marimorena. Los jugadores colchoneros se vuelven locos y el Calderón en pleno se pone a chillar como fieras y eso es mucho decir. Cuando este estadio se pone de esa forma asusta (yo doy fe de ello). Tanto fue así que el árbitro (en otra muestra más de lo malo que es) se da cuenta de la que ha liado y decide parar el partido consciente de que se ha comido un penalti por lo que utiliza la excusa de consultar con el cuarto árbitro (¡Jesús, María y José!) para decidir que había sido efectivamente penalti. Entiendo las protestas valencianas respecto a lo poco ortodoxo de a la actuación del colegiado pero la realidad es que los dos penaltis lo fueron y por las buenas o por las malas se hizo justicia.

A partir de ahí, con un Valencia con 10 y un Atleti convencido de su potencial el partido terminó acabando como tenía que acabar. La segunda parte fue básicamente un acoso colchonero a la portería blanca (ayer negra) con un Reyes en estado de gracia y un genial Kun que aunque falto de forma era un peligro constante cada vez que cogía el balón. Sólo la mala puntería del argentino y un gran partido del veterano Cesar, que mezclaba paradas antológicas con actuaciones circenses más cerca de los payasos malos y estúpidos que de un verdadero profesional del fútbol, hicieron que la derrota valencianista fuese efectiva mucho antes. Llegó de la forma más épica posible. Un Kun agotado y con los gemelos más duros que las Cariatides atenienses no podía andar y pedía el cambio. El árbitro, en otra actuación antológica, no concedió el cambió y pidió que se sacase el córner antes de ello pero está cosas son así. El balón desde la esquina le cayó a la cabeza de Agüero que pone el 2-1 en el marcador. Desde ese momento el Valencia bajó los brazos y asistimos a un recital rojiblanco que acabó con los goles de Forlán (gran pase de Jurado al hueco) y de Jurado a la media vuelta en el área che.

Gran partido de los colchoneros que hace creer en este equipo formado por apenas 11 jugadores pero que estando todos ellos metidos en el partido han demostrado poder ganar a cualquiera. Faltaba tan poquito… si a principio de temporada hubiésemos tenido esto y dos o tres tipos decentes en el banquillo…