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¿Efemérides Rojiblanca? (At. Madrid - Panathinaikos)

Decía Sófocles que la alegría más grande es la inesperada e inesperado fue el hecho de que bien entrado en el tiempo de descuento, un portugués conocido como Simao nos diese la victoria que a su vez nos daba la primera posición en nuestro grupo de la copa de la UEFA. Si inesperado fue que ocurriese a esas alturas de partido y con diez jugadores en nuestras filas, lo más inesperado de todo fue que el gol viniese a balón parado tras una ejecución magistral del susodicho portugués. No porque dude de la capacidad del jugador, que no lo hago, sino porque creo que es la primera vez que veo un gol de falta desde que Aguirre se sienta en nuestro banquillo. ¿Estará cambiando algo? En cualquier caso la alegría, por lo inesperado de ella, fue inmensa, claro está. Más de lo que realmente merecía porque hacer una lectura del partido por los últimos segundos de clamor popular sería injusto y no destacaría algunas lecturas del partido que deberían ser tenidas en cuenta por cualquier jugador, aficionado o entrenador que sea aficionado al fútbol.

La primera lectura que debería sacar la dirección técnica de nuestro equipo es que estando como está perfectamente demostrado, más que nada por los resultados, que en la liga es ridículo, patético y penoso saltar a un terreno de juego a “especular sin perder la posición” en Europa puede resultar, sin dejar de ser patético, tremendamente caro. Una competición europea menor como la UEFA está plagada de equipos de categoría muy inferior a cualquiera que juegue nuestra primera división pero en ese mismo grupo también aparecen, y a medida que queden menos equipos será todavía más patente, escuadras muy toreadas y con mucho oficio en estas lindes. Panathinaikos es un equipo aparentemente bastante inferior al nuestro pero ha jugado muchas veces en Europa y en la primera parte le dio una lección a nuestro particular aprendiz de entrenador de cómo se debe encarar una competición europea, sobre todo si te estás jugando la primera plaza de tu grupo. Especialmente en lo que a actitud respecta. Salieron mucho más enchufados, con mucho más dinamismo y sabiendo lo que tenían que hacer con los pocos recursos que tenían. Simplemente a base de actitud, marrullería, presión y muchas patadas consiguieron aplacar con facilidad esa versión de nuestro equipo que deja pasar los minutos sin que pase absolutamente nada y que tanto le gusta a nuestro entrenador. Una escuadra aparentemente demoledora en lo ofensivo como la nuestra no fue capaz de tirar entre los tres palos en toda la primera parte. Nosotros seguíamos en nuestra tradicional espesura, jugábamos a eso de estar “juntitos” sin poner mucho ritmo y ellos siempre llegaban primero. Una fórmula tan simple, unida a un gol inesperado de una jugada individual de un voluntarioso griego, sumado al concurso estelar de un árbitro sumamente horrible estuvo a punto de darnos un disgusto. El equipo tiró la primera parte, cosa que desgraciadamente es algo a lo que nos tiene acostumbrados nuestro sabio entrenador. No sé cual es el oscuro objetivo que hay detrás pero es algo que se empeña en utilizar como enigmático recurso. Recurso de Barrio Sésamo o Mr Bean pero ese el tipo de revolucionarios recursos que últimamente vemos desde nuestro banquillo.

Al iniciarse la segunda parte comenzó otro partido. Aun teniendo claro que ni la derrota ni el empate nos valía para nada dudaba de que nuestro entrenador hiciese algún movimiento táctico digno de mención pero me equivoqué, gracias a Dios, y la sorpresa aplacó por momentos el frío que se me colaba por el cogote en la solitaria grada del Calderón. Ante mis ojos Aguirre renunciaba al doble pivote de contención (¿tendremos que anotar la fecha en las efemérides rojiblancas?) y situaba a Maxi en esa digna posición. Sustituir la definición de intrascendencia disfrazada de jugador de color brasileño por un tipo como Maxi trae sus consecuencias y a los tres minutos el equipo había transmitido más juego y sensación de peligro que en toda la primera mitad.

Pero el gol no llegaba. En parte por las brutales patadas de los griegos, en parte por la inmensa negligencia y estulticia del colegiado y en parte (mucha parte) porque el nuestro es un equipo que no está acostumbrado a llevar la iniciativa de los partidos. No lo está por la exclusiva razón de que su entrenador no quiere. Con nuestra plantilla me parece un crimen pero es lo que tenemos. Sabemos que partidos en los que no marquemos primero van a ser muy complicados y ayer fue un claro ejemplo de ello. Aun así hay que felicitar a los jugadores. A pesar de las zacadillas que ponen desde el banquillo fueron a por el partido a base de pundonor y ganas, cosas que hacía tiempo que no veíamos por la ribera del manzanares y cosas que a veces son suficientes para ganar partidos y campeonatos.

Y así llegaron los goles, primero Luis García, ese magnífico jugador que siempre está ahí cuando se le necesita y después el toque magistral de Simao. Fin del partido y una gran sonrisa en todos los valientes que ayer desafiamos el húmedo frío pre navideño.

Veamos que nos depara el bombo.